Malditas flechas - 1 - Wattpad (2024)

 
Silencio total mientras miraba el suelo de mi cabaña. Levanto la mirada observando esta. Un armario, una mesita de noche de madera al lado de mi cama, sobre ella descansaba un reloj que marcaba las 6:30 am, un colgante dorado con un dije de una luna creciente y un sol, obsequio de mi hermano gemelo junto a una pulsera plateada con un pequeño arco en el medio de esta. Un televisor frente a la cama pegado a la pared, por órdenes de mi tía, decía que necesitaba un entretenimiento más a parte de la caza. La puerta que llevaba al balcón era de cristal y estaba cubierta por unas cortinas azul oscuro con algunos detalles plateados, mayormente estrellas y arcos. Me levanté con una leve sonrisa mientras me estiraba y caminaba al baño sin zapatos, entrando y desnudándome para disfrutar del agua tibia por un rato. Pasados unos minutos salí con una toalla alrededor de mi cuerpo para vestirme. Cualquiera diría: "una diosa, debe de usar túnicas blancas con cadenas y adornos dorados, sandalias con cintas entrelazadas hasta las rodillas todo el tiempo". No, aunque no lo crean, es incómodo llevar eso mientras corres por el bosque cazando animales. Desde que mi padre decidió modernizar todo el Olimpo la ropa cambió, gracias a Gaia. Ahora usaba pantalones negros pegados, un par de botas negras tipo militares y una camisa manga larga del mismo color, me recogí el cabello en un moño alto y puse el carcaj y el arco plateado en mi espalda, lista para salir.
Mi campamento seguía igual que desde hace mucho tiempo, con la única modernidad de la ropa y un televisor en cada cabaña de mis cazadoras. ¿La razón? Apolo decía que eso podía entretener a las chicas en un mal día. Saludé alegremente a varias que pasaban rápidamente a mi lado para ir a desayunar, entrenar o ver sus amigas en otras partes del lugar. Me dirigí directamente a mi "oficina" cómo le gusta llamarla a toda diosa que entra aquí. Decorada con cabezas de ciervos y ese tipo de cosas de cazadores me esperaba mi cazadora más leal y más longeva: Zoé. Parada al lado de mi silla veía fijamente a una chica como de unos 16 que sentada nerviosamente miraba todo, cabello ondulado roji*zo por los hombros, pecas por todo su rostro y ojos verdes.
- Vaya vaya, acaso eres Mérida querida? - se levantó a la velocidad que viajaba Hermes, o quizás más rápido -
- E-es un placer conocerla señora, digo, señorita, ehh....
- Llámame Artemisa solamente por favor, toma asiento y Zoé relájate por Gaia, pareces una estatua de medusa - bromeé y me senté al mismo tiempo que la chica - ¿Cómo te llamas linda?
- Soy Alicia, Alicia Carson.... - sus labios temblaban levemente y jugaba con sus manos en su regazo mientras veía fijamente el suelo -
- Alicia, si no tienes el valor de mirarme mientras uso mi forma mortal no lo tendrás si uso la de diosa y no creo que seas una buena cazadora, ¿Así verás a tu hermana luego de tantos años? - sonreí y me miró sorprendida -
- Es imposible....no le dije....
- Se todo sobre quiénes entran aquí, tu hermana está desayunando ahora, luego tiene que entrenar, cuando hablemos lo suficiente le pediré venir, estás de acuerdo?
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Ella asintió rápidamente con una sonrisa. Por la siguiente hora estuvimos hablando de su vida, la pobre, su hermana la dejó sola en un orfanato con la promesa de conseguir una vida mejor para ambas y ella se escapó hacía dos días en busca de ella, algo la llevó a mi campamento y ahí estaba, ahogada en lágrimas mientras yo la abrazaba haciendo todo lo posible por calmarla. Mandé a Zoé a buscar a su hermana y segundos después apareció, se fundieron en un emotivo abrazo mientras yo las veía sonriendo.
- Keira llévala a tu cabaña, estás sola ahí y la compañía de tu hermana será buena, al igual que la tuya para ella.
Ambas se fueron y me dejé caer en mi silla.
- ¿Cómo sabe que no era falso? 
- Zoé, calma tus nervios, jamás me he equivocado y jamás lo haré, no lo dudes.
- Lo se mi señora, lo sé....perdone, ya sabe que siempre me siento desconfiada de todos.
- Te juré que no permitiría que nada ni nadie te hiciera daño, quédate tran... - fui interrumpida por el sonido de la puerta y de una cazadora avisándome de un paquete para mí en la entrada -
Suspiré y salí con Zoé a mis espaldas encontrándome con varias chicas mirando de reojo con odio a un hombre que caminaba silbando entre ellas hacia mí con un paquete gigante en manos.
- Creo que fui bastante clara en la última reunión de los Olímpicos con que no quería que ningún hombre, ni siquiera mi gemelo, entrara en mi campamento.
- Ay querida, solo soy un simple mensajero que hace su trabajo bien, quieres firmar esto? Llevaré el paquete a donde me digas y luego me iré a la velocidad de un rayo - aquel chico de cabello castaño y ojos azules cielo vestido de mensajero con zapatos alados me miraba con un sonrisa divertida, aumentando mi ira -
- Solo vete de aquí antes de que una flecha o varias terminen en tu asqueroso miembro - dije mientras firmaba -
- Bebé está imposible eso, la caja lo cubre.
- No me digas bebé, mis cazadoras tienen una puntería sorprendente, te pueden castrar a kilómetros sin tocar siquiera el contenido de la caja -
Él hizo una mueca de dolor y tragó en seco, sabiendo que aquello era totalmente real y Zoé le arrebató la caja para llevarla a mi cabaña, segundos después desapareció dejando tras de él hojas y ramas que se levantaron al salir corriendo. Gruñí bajito y fui hasta mi cabaña, dejando a Zoé irse a seguir sus labores.
- "Hija querida, esto es un obsequio para que vengas a la fiesta por el cumpleaños de los trillizos destructores, espero te guste, con cariño, tu padre" - terminé de leer aquella nota y la arrugué lanzándola a un cesto de basura para abrir la caja y ver el contenido. Un vestido largo de varios tonos de azul, del más claro que comenzaba en los pies hasta el más oscuro que terminaba en el pecho, de tirantes, con un cinturón que ceñía perfectamente cualquier cintura, una luna creciente en el medio, en el vestido se repartían lunas crecientes, lunas llenas, estrellas, constelaciones....eso último fue un toque chistoso de él para recordarme que había perdido a dos de mis seres más queridos y estos eran constelaciones ahora....de la cintura para abajo era suelto, unos tacones azul oscuro y algunos adornos para el cabello, para las manos, el cuello, era todo el outfit. Suspiré y lo dejé encima del sofá para lanzarme a la cama y escuchar una notificación. Cierto, tengo celular, gracias a la insistencia de, adivinen quién? Sí, Apolo, casualmente era él, avisándome que pasaría a buscarme en su "maravilloso auto" en la noche para ir a la fiesta. 
Esa noche sería una real mierda, pero por respeto a mi padre y rey debía ir, aunque no soportara aquello.